
El primer trimestre
Nuestro primer trimestre: cuando todo empezó a cambiar (aunque desde afuera no se notaba nada)
Cuando vimos las dos rayitas en el test, no lo podíamos creer. Nos miramos y nos reímos nerviosos, como si estuviéramos metidos en algo muy grande y todavía no supiéramos qué hacer con tanta emoción. Así empezó nuestro embarazo. Y así empezó, sin saberlo, el primer trimestre, esa etapa tan única donde todo empieza a cambiar… pero muy poco se ve desde afuera.
Las primeras semanas: alegría y miedo (todo al mismo tiempo)
Los primeros días después de enterarnos fueron una mezcla explosiva. Alegría absoluta, pero también mucho miedo. ¿Estará bien? ¿Y si algo sale mal? ¿Podemos contarle a alguien ya?
Nos dimos cuenta de que este primer tramo del embarazo se vive con una intensidad silenciosa. Es como si todo pasara adentro: el cuerpo cambia, las emociones se mueven, pero por fuera casi nadie lo nota.
Síntomas del primer trimestre (al menos los que nos tocaron a nosotros)
Cada embarazo es diferente, pero acá van algunos de los síntomas que más nos marcaron:
Náuseas (a toda hora): No fueron solo por la mañana. A veces era al despertar, otras después de comer, y otras sin motivo aparente. Algunos olores que antes nos gustaban de repente se volvieron insoportables. El pan tostado fue nuestro salvavidas.
Cansancio extremo: Dormíamos 10 horas y aún así, al mediodía, el cuerpo pedía siesta. Fue difícil seguir con la rutina laboral al ritmo de siempre.
Sensibilidad emocional: Llorar por publicidades, por canciones, por nada y por todo. Pero también nos reíamos mucho, y eso nos salvó varios días.
Dolorcitos y molestias: Como si fuera el período, pero diferente. Tensión en los pechos, dolor de cabeza suave, algo de presión en el bajo vientre.
Necesidad de hacer pis TODO el tiempo.
Aprendimos que todos estos cambios eran parte del cuerpo trabajando intensamente para sostener esa nueva vida, incluso si no lo parecía.
Lo que hicimos apenas supimos que estábamos esperando
Después del test positivo, llamamos al obstetra. Nos dieron el primer turno para la semana 6 o 7, y mientras tanto nos recomendaron:
Tomar ácido fólico: Es súper importante desde el inicio, incluso si estás buscando quedar embarazada, porque ayuda a prevenir malformaciones del tubo neural.
Evitar ciertos alimentos: Dijimos chau a los quesos sin pasteurizar, embutidos crudos, pescados grandes (por el mercurio) y huevos poco cocidos.
También nos volvimos obsesivos con lavar bien las frutas y verduras.Descansar cuando el cuerpo lo pedía, sin culpas.
Leer, pero con filtro: Al principio queríamos leer todo, pero nos dimos cuenta de que internet puede ser una fuente de pánico innecesario. Nos quedamos con sitios confiables y libros que nos hicieron bien.
Los miedos silenciosos del primer trimestre
Esta etapa es especial también porque muchas parejas decidimos no contar aún la noticia. Entonces, los miedos se viven en voz baja: miedo al aborto espontáneo, miedo a que algo no esté bien, miedo al “¿y si…?”.
Nos apoyamos mucho entre nosotros. También nos ayudó contarle a una o dos personas de mucha confianza para no cargar todo solos.
¿Qué cosas nos ayudaron a atravesarlo mejor?
Tener a mano snacks saludables (galletitas, frutas, frutos secos) para las náuseas.
Dormir siestas cortas.
Aceptar que no teníamos que poder con todo.
Hablar mucho: entre nosotros, con otras mamás/papás, con profesionales.
Dejar de exigirnos. El cuerpo estaba trabajando a tiempo completo, y eso ya era suficiente.
En resumen…
El primer trimestre fue intenso. Nos emocionamos, nos preocupamos, dormimos mucho y también soñamos despiertos. Aunque por fuera parecía que no pasaba nada, adentro todo estaba empezando.
Cada síntoma nos recordaba que algo nuevo se estaba formando, que el cuerpo se estaba adaptando, y que nosotros también.
Si estás viviendo este momento, te mandamos un abrazo enorme. No estás sola. No estás solo. Y si necesitás frenar, descansar o simplemente llorar un ratito sin motivo… hacelo. Es parte del proceso. Y es completamente válido.
Te invitamos a seguir leyendo más en nuestra web. Compartimos lo que nos funcionó, lo que no, y todo lo que vamos descubriendo sobre este hermoso caos que es ser padres.